México
• La Santa Muerte, una imagen esquelética vestida de mujer, cuyo
culto ha crecido de forma acelerada en todos los sectores de México, se
ha expandido fuera de las fronteras del país con adeptos en Estados
Unidos, Canadá, Centroamérica e incluso en Europa, dijo hoy a Efe el
escritor José Gil Olmos.
"Este
culto que nace en México y se expande en las dos últimas décadas es
uno de los fenómenos religiosos de mayor crecimiento, y ahora también
tiene un impacto en otros países", precisó Gil en entrevista con Efe
para dar a conocer su nuevo libro "La Santa Muerte, la virgen de los
olvidados" (colección Debate, Random House Mondadori, 2010).
Gil
explicó que la propagación del culto fuera del país se dio
principalmente por la emigración económica de mexicanos adeptos de la
Santa Muerte que buscan mejores condiciones de vida, pero apelan a la
protección de esta deidad debido a que su vida corre peligros al cruzar
desiertos, ríos, o por la violencia de criminales y autoridades.
El
escritor, quien también ha publicado "los Brujos y el Poder", indicó
que se tienen documentados casos de adoración en Italia, donde un grupo
de mexicanos practica sus ritos, o el caso de una familia de alemanes
que se ha sumado a las filas de este culto y anualmente visita los
principales altares en México.
Gil
indicó que en Centroamérica la devoción por la imagen ha sido
impulsada por los miembros de las bandas marasalvatruchas, que son
extremadamente violentas y buscan la protección de la Santa Muerte.
El
autor dijo que la Santa Muerte también es la virgen preferida de
muchos delincuentes, de narcotraficantes, de pandilleros, cuya vida está
en riesgo en cada momento y buscan su protección ante la violencia
cotidiana en que viven.
Aclaró
que las nuevas legiones de adoradores de la nueva deidad con rostro
esquelético y túnica negra, no sólo son emigrantes, delincuentes,
prostitutas, policías o sectores sociales marginales y desprotegidos,
sino que hay cada vez más clases medias, entre estos políticos, actores,
cantantes, comerciantes, entre muchos otros.
Gil
afirma que entre los adoradores de la Santa Muerte, a la que llaman
"Niña Blanca", se encontraba la misma actriz mexicana María Félix
"quien era asidua del mundo esotérico y a este culto", e incluso existe
la versión de que fue "vestida y sepultada para rendir su último
tributo".
Añadió
que otro famoso adorador de la Santa Muerte es el actual Secretario de
Seguridad Pública, Genaro García Luna, quien según ex colaboradores
mantiene una figura de la "Flaquita" a quien se encomienda cuando
encabeza operativos peligrosos contra la delincuencia.
Entre
otros políticos citados en el libro está la presidenta del Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo, cuyas
inclinaciones por ritos esotéricos y de brujería han sido divulgados
por el mismo autor en sus anteriores libros.
Gil
indicó que los registros del culto de la Santa Muerte se remontan a
1795, cuando los indígenas adoraban un esqueleto al que llamaban Santa
Muerte en un poblado del centro del país, y hay testimonios de que este
culto permaneció oculto en los últimos dos siglos.
"Es
a partir de la crisis económica de 1995, cuando la adoración de la
Santa Muerte sale de sus altares dentro de las casas, para invadir las
calles y encabezar procesiones y fiestas públicas religiosas de varios
miles de asistentes, como las que se celebran en el barrio bravo de
Tepito, en el centro de la capital mexicana", dijo Gil.
El
escritor coincide con la historiadora y restauradora de arte Katia
Perdigón al señalar que el culto a la Santa Muerte tuvo un incremento
explosivo a partir de la crisis económica de 1995, que devastó el
patrimonio de millones de mexicanos.
Gil
explicó que en las devociones a otros santos, las personas piden
solución a problemas personales, milagros ante una enfermedad, encontrar
personas perdidas, recobrar un amor ingrato; en cambio a la "Santa
Muerte" la mayoría de ruegos son de carácter social como encontrar
trabajo, solucionar problemas de dinero, "es decir que piden soluciones
para problemas que no ha cubierto la política social del Estado".
Gil
recordó también que en el mercado de Sonora de la capital mexicana,
uno de los principales en el país donde se comercializan objetos de
culto esotérico, las ventas de la imagen de la Santa Muerte sólo es
superada por las de la Virgen de Guadalupe, considerada la Patrona de
los mexicanos.
ESTIMADOS HERMANOS:
ResponderEliminarSolicito reencarnar como la Santa muerte roja y como la niña blanca de Toluca cuando muera en la muerte segunda, el lago de fuego, por mi blasfemia a Jesucristo.
Atentamente:
Jorge Vinicio Santos Gonzalez,
Documento de identificacion personal:
1999-01058-0101 Guatemala,
Cédula de Vecindad:
ORDEN: A-1, REGISTRO: 825,466,
Ciudadano de Guatemala de la América Central.