CIUDAD
DE MÉXICO, 12 de abril.- Ante el aumento de la violencia y los
secuestros, la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México abrió el
altar del Santo Niño Cautivo, representación del Niño Dios que se
encuentra en el recinto religioso desde hace más de cuatro siglos.
En
los últimos años, debido al incremento de las adicciones y de la
inseguridad en el país ha tomado fuerza la devoción a esa representación
de Jesús. A sus pies llegan peticiones de todo tipo y de diferentes
partes del país.
De acuerdo con fuentes de la Catedral de la
Ciudad de México, en un principio se acudía a esta imagen para solicitar
la liberación de la boca de los niños que no podían hablar; de los
presos que purgaban condenas injustas y de quienes eran esclavos del
alcohol.
Más tarde, se pidió también por la libertad de los
adictos a las drogas, pero en los últimos años son comunes las
peticiones para encontrar personas extraviadas, para que algún migrante
regrese con bien a los brazos de su familia, pero sobre todo para
solicitar la libertad de una persona secuestrada.
Muchos son los
testimonios de agradecimiento por los favores recibidos que pueden
apreciarse en la Quinta Capilla de la Catedral Metropolitana, donde el
Santo Niño Cautivo tiene un lugar muy especial.
De acuerdo con
Teresa Bermúdez, guías de turistas de la Catedral, algunos fieles han
dado testimonio de que algún familiar secuestrado ha sido liberado,
incluso sin el pago del rescate.
También recuerda el caso de un
niño perdido en el Zócalo capitalino que fue recuperado luego de que su
madre pidiera ayuda al Niño Cautivo y el de un indocumentado que había
sido dado por muerto, pero que tras haber sido encomendado al Santo
Niño, apareció con vida.
Todos vinieron juntos a darle gracias y a
traerle flores, agrega Teresa Bermúdez, quien ha sido testigo de cómo
en los últimos años esta devoción a la figura ha crecido por el
incremento de la seguridad que se vive en el país.
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